La causa del mes de noviembre está orientada al día mundial de la ciencia. Nos vamos a centrar en la importancia de los inventos. Por ello el lema de este mes es "HE TENIDO UNA IDEA".
Con esta actividad se pretende que los alumnos/as de nuestro centro comprendan la importancia de la ciencia y cómo los inventos han influido en el desarrollo de nuestra sociedad a lo largo de la historia.
Por ello, se les ha planteado que sean capaces de inventar/crear su propio invento o bien que elijan un invento e investiguen sobre él (autor, utilidad...). En este sentido y para ayudarles, se les ha facilitado a los tutores un listado con algunos de los principales inventos.
En infantil, se ha adaptado la actividad para que los "peques" del cole también puedan participar.
Ánimo y gracias.
El equipo de orientación.

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La madrugada del 12 de septiembre de 2025 encendió las alarmas en toda la industria digital. Las métricas comenzaron a mostrar un desplome repentino que dejó a miles de profesionales revisando compulsivamente sus paneles, buscando una explicación que Google aún no ofrecía. La súbita caída en la visibilidad orgánica no fue un simple sobresalto estadístico: dejó en evidencia la volatilidad de un ecosistema donde cada impresión cuenta y donde la estabilidad nunca está garantizada.
En cuestión de horas, las gráficas empezaron a dibujar curvas descendentes que se repetían en distintos sectores, países y tamaños de proyecto. Una señal inequívoca de que algo profundo estaba sucediendo en el corazón del buscador más influyente del planeta. Y, con ello, se reavivó la preocupación que siempre acompaña a quienes trabajamos en optimización digital: la dependencia absoluta de un algoritmo en constante transformación.
Para entender la magnitud del episodio, conviene observar cómo afectó tanto a negocios locales como a proyectos complejos, incluidos aquellos que buscan posicionamiento web sevillapara consolidarse en mercados altamente competitivos. La caída masiva no discriminó entre sectores, y ese comportamiento uniforme reforzó la sospecha de un fenómeno global más que de un error aislado.
Conforme avanzaban las horas, los profesionales empezaron a compartir gráficas idénticas: un descenso de impresiones en Search Console que descolocaba incluso a quienes estaban acostumbrados a los vaivenes habituales del SEO. No se trataba de simples fluctuaciones diarias ni de cambios en palabras clave específicas: era una caída estructural, amplia y simultánea, que escapaba a cualquier patrón conocido.
El SEO nunca ha sido un terreno estable. La industria lo sabe: estrategias trabajadas durante meses pueden verse alteradas por una actualización silenciosa, un cambio metodológico o un fallo técnico en los sistemas de Google. En este caso, la falta de comunicación oficial alimentó múltiples escenarios posibles.
La inquietud se extendió rápidamente. Tiendas online, blogs, medios especializados, webs corporativas… nadie parecía exento del impacto. Y esta incertidumbre no tardó en trasladarse a los departamentos de marketing, donde la visibilidad orgánica constituye un pilar estratégico para captar clientes, consolidar marcas y sostener ventas en mercados cada vez más competitivos.
En sectores tradicionalmente ajenos al marketing digital también se sintió el efecto. Empresas vinculadas a servicios esenciales —como protección pasiva contra incendios, reformas técnicas o instaladores especializados— dependen hoy de Google para ser encontrados por clientes locales. Cuando la visibilidad se desploma, la captación se resiente y las oportunidades se reducen drásticamente.
Las conversaciones dentro del ámbito profesional acabaron convergiendo en tres hipótesis principales que buscaban dar luz sobre lo ocurrido:
Sería la opción más benévola para todos. A lo largo de los años, Google ya ha experimentado incidencias de registro, problemas de procesamiento de datos y lag en la actualización de métricas. En anteriores ocasiones, la empresa reconoció fallos y restituyó los valores sin modificar el posicionamiento real de los sitios. Sin embargo, la ausencia de comunicación oficial en las primeras horas aumentó la desconfianza y ralentizó las conclusiones.
Este escenario es habitual en el ecosistema SEO. Google despliega múltiples ajustes al año, algunos de ellos sin notificación previa. Cuando estos cambios buscan priorizar la calidad del contenido, la autoridad temática y la experiencia del usuario, el impacto puede sentirse en forma de descensos o ascensos masivos en impresiones y clics. Sin comunicación directa desde Google, los profesionales deben recurrir a la observación y al análisis comparativo.
No se descarta que Google esté recalibrando cuándo considera que una página ha sido mostrada al usuario. Esto no implicaría una caída real de tráfico, sino un cambio en la forma en que la herramienta lo reporta. Aunque esto resulte menos grave, afecta directamente a la confianza en GSC, una herramienta clave para evaluar la salud de los proyectos digitales.
Para muchas empresas, la visibilidad orgánica no es un indicador más: es un elemento crítico de sus ingresos. Cuando una caída repentina altera las métricas, también altera decisiones de inversión, planificación de campañas y proyecciones de crecimiento.
Las pymes, especialmente aquellas en mercados urbanos exigentes, dependen ampliamente del rendimiento digital. Empresas que buscan atraer clientes mediante estrategias de proximidad o campañas especializadas deben evaluar continuamente su presencia en Google. En estas circunstancias, un desplome súbito en impresiones no solo genera desconcierto: puede frenar decisiones y elevar la incertidumbre operativa.
Por ello, los expertos recomiendan prudencia. Antes de modificar la arquitectura del sitio o revisar una estrategia completa, es fundamental contrastar datos con otras herramientas de análisis, verificar los indicadores de tráfico real y analizar patrones históricos.
El episodio de septiembre funciona como recordatorio de una realidad crucial: el SEO sigue siendo la base sobre la que descansa gran parte de la visibilidad digital. Y aunque los cambios del algoritmo generen inquietud, no existe aún una alternativa que iguale el valor estratégico del posicionamiento orgánico.
Las empresas que desean crecer a largo plazo necesitan contenido de calidad, arquitectura sólida, experiencia de usuario optimizada y estrategias que se adapten a los cambios constantes del buscador. Las redes sociales, por sí solas, no ofrecen una alternativa que garantice tráfico estable y sostenido en el tiempo.
Google sigue siendo, para millones de negocios, el puente entre su oferta y sus clientes. Y cuando ese puente tiembla, el impacto se siente en cada rincón del ecosistema digital.
La fecha quedará marcada como uno de los episodios más desconcertantes recientes dentro del panorama SEO. Un recordatorio de que, en un entorno regido por algoritmos opacos, la única defensa posible es la estrategia a largo plazo, la diversificación de canales y la capacidad de adaptación.
Los profesionales digitales seguimos monitoreando los cambios, evaluando comportamientos y ajustando estrategias. Porque, aunque Google cambie, la necesidad de visibilidad sigue siendo la misma: aparecer en el lugar correcto en el momento preciso.